domingo, 4 de noviembre de 2012

Es algo efímero lo eterno


Era una noche fría, el cielo estaba decorado por una luna llena que  lo  iluminaba.
Era todo lo suficientemente romántico como para que se diera esa escena,la siguiente escena:

Ella, vestida hermosa, de color rojo sangre, pelo suelto, labios brillantes.
Él a su lado, desprendía el calor de mil hogueras. Sus ojos, reflejo de ese intenso ardor.
Se miraban sin decir nada, se notaba que se deseaban.
Callados e inmutados hasta que se rompió el silencio.
Con voz temblorosa, él dijo :  ¿puedo besarte?
Un instante tenso aconteció a la escena tras el cual, ella rotunda contestó:
-Los besos no se piden.
¿ eso es un sí?
-Eso no es más que un enunciado. Los besos no se piden.
Me estás poniendo nervioso.
Él se acercó tímidamente unos centímetros a ella, la distancia justa para poder oler el aroma que desprendía su piel, un olor a mujer joven y viva.
Deseo besarte.
-Los besos no se piden al igual que los besos no se regalan. Los besos simplemente nacen. Los besos surgen cuando sientes pura atracción hacia una persona, amor, química, los besos nacen de la pasión loca que se crea dentro de ti cuando tienes cerca a esa persona, los besos surgen para intentar apagar el fuego que te  quema, los besos surgen porque tienes sed, por necesidad de  agua, necesitas otra piel con la que compartir la presión  intensa de tu pecho.

Ella se acercó un poco más, ahora solo les separaba sus alientos.
La adrenalina de su sangre provocó un impulso nervioso que se transmitió de boca en boca como una especie de sinapsis. Ahora estaban juntos, lo suficiente como para no poder diferenciarlos al  uno del otro.
El beso, pura química,los trataba como una fórmula y les hacía reactivos y productos a la vez de su más ardiente deseo.
                Era la escena que se necesitaba esa noche romántica, ahora sí.

Disfrutarían de ese pequeño amor efímero y platónico, de esos besos químicos que no se piden, que simplemente nacen, a sabiendas de que, más tarde, con el tiempo, tendrían que reclamarlos para poder obtenerlos.
Carpe noctem, les dijo la luna.