Escuché una melodía,
algo así como country. Abrí los ojos y eran tus manos tocándome como cuando
acaricias las cuerdas de tu guitarra.
Me sentí entonces como una partitura,
ligera y eterna, dispuesta a formar parte de tus labios .
Miré por la ventana
y noté la luna celosa, carente de miradas y poesías.
Sabía que los versos de
esa noche los escribiría tan solo con
tus besos.
Esos besos que han dejado cicatriz en cada parte de mi cuerpo.
Abracé tus abrazos
para vestir mi cuerpo desnudo e inspiré el húmedo perfume de tu relieve.
Entonces dejamos de
ser carne y hueso,tan sólo fuego ardiente, fuego destructor.
Destruimos los muros
que separaban nuestros sexos .
Tocaste de nuevo otra melodía, esta vez más
cálida. Más profunda.
Más tarde, tarareaba aún esa canción