domingo, 12 de febrero de 2012

Somos lo que comemos

" Tengo hambre, voy a comer algo rápido y luego sigo con el trabajo ", " No me da tiempo a comer ",
" Vayamos, aunque sea a un Fast food ".

Frases comunes, que puedes oír siempre que quieras.
Porque están ahí. Porque la sociedad las utiliza. Porque la sociedad lo hace.

Dedicamos horas al estudio, al trabajo, al ordenador, al ocio, pero, cuando hablamos de comida, escatimamos en tiempo y preocupación.
Nos es indiferente.
Y si le dedicamos tiempo de nuestra vida, es con la única finalidad estética, para   " mantenernos en línea ", o " adquirir las proteínas adecuadas que requiere nuestra musculatura ".

Creo que hemos adquirido la etiqueta de " inconscientes ", ante el tema de la alimentación.

Desconocemos lo sumamente importante que puede llegar a ser una dieta. Nuestra dieta. Y lo estrechamente relacionado que está con la salud. Nuestra salud.

Piensa, por un momento, en lo que comes, o mejor aún, piensa en lo que no comes.
En ciencia uno de los métodos mas utilizados en los experimentos, para ver la importancia de una determinada sustancia en un organismo,es simplemente,  lograr un organismo " ausente " en dicha sustancia.
La mejor manera de comprobar los efectos de algo, es ver que pasa si ese " algo" no está presente.

Quitale a tu dieta, por ejemplo, la vitamina C, y luego estudia su respuesta.
Haz una dieta pobre en vitamina B, y experimenta el resultado, o suprime de la comida el hierro, magnesio....
Resultado, enfermedad. Organismo inmunológicamente débil.

O sea, que desprender a mi cuerpo de ciertas sustancias naturales, es causa de enfermedad.
Entonces,si estoy enfermo, ¿ Administrarle una dieta rica en todas esas sustancias, podría ser la cura ?........

Un farmacéutico, posiblemente te diría : no es suficiente. Incluso muchos médicos, lo harían también.
Te recetarían medicamentos, para que acompañes tu vida.
Medicamentos que salen de industrias farmacéuticas. Medicamentos que les hacen ganar a esas compañías billones de dólares al año.
¿ Es posible que exista cierto interés ? ¿ Cierto engaño ?
¿ Es posible que nuestra salud esté comprada ?

Estas reflexiones te las dejo a ti, lector.
Lo primero debe ser reflexionar, para que no simplemente sea actuar.
Y recordar, todos los días, que vivimos en un mundo capitalista, dónde el interés no es tú salud, sino tu bolsillo.

Dediquemosle más tiempo a aquéllo que comemos, informemosnos de dónde proceden esos alimentos de nuestra dieta, observemos la simpleza de lo natural.Algo tan natural, como son los nutrientes de la tierra.

La alimentación, afecta a nuestra salud, la salud afecta a nuestro bienestar , no solo a la fuerza física, sino  a la mental, lo que afecta en sí a las acciones del día a día.


Luego,podemos concluir, que sí, somos lo que comemos.






martes, 7 de febrero de 2012

No es lo que sientes, sino cómo lo percibes.

Siempre le pasaba lo mismo. Temblaba.
Como un cosquilleo que le agitaba la sangre, subía desde los dedos de los pies, hasta la garganta.
Toda ella, todo su ser, temblaba al tenerlo delante.
Desde el primer momento que lo vió, y él le quitó su cigarro de la boca , para darle una intensa calada.
Calada quedó ella, entonces.

Y a partir de  ese momento, se habían sucedido infinitos encuentros.
Ella soñaba con su mirada, y cuando lo tenía delante, temblaba.

Se sentía tambaleante como una marioneta dejada a las manos de otra persona.

" Frissonner ", sería su traducción al francés.
¿ No suena hermoso?.
Estremecerse.

A ese acto, ella le había buscado un sin fín de significados.

Pensaba, será el amor. Tal vez el amor agite la sangre.
Será el calor, había deducido.

Ese calor que surgía, al tenerlo entre sus piernas.
Ese calor con el que agarraba su espalda a modo de presa y la arañaba.
Tenía que  ser causa, de ese fuego que, sentía al acercar la nariz a su cuello.
Ese amor, que le había hecho enraizar el futuro , a su lado.
Pensar que sería, su fiel compañero.

La arena del reloj, se desvanecía, como la corriente de un río, sobre sí mismo.
Mientras, los momentos pasaban.

Y cada vez más, el dolor acompañaba a esos temblores.
Sufrir por amar, no es tan hermoso, como lo que citan ciertas poesías.

Ya no solo se desvanecía la arena de aquél reloj, sino que su fuego, también lo hacía.

Pero ella seguía temblando.
El amor se iba, pero los temblores seguían.

¿ Que extraño ?

El telón se echaba sobre aquellos ojos, con los que había soñado lunas de miel.
Ahora, solo, lunas de hiel.

Pero, ¿ y si esos temblores no eran de amor ?

Ahora su significado era otro.
Todo se acelera.
Y surgían, en su cabeza, los " Y sí.. "

¿Y si su cuerpo temblase, como respuesta a un mal aura percibida, que predecía una relación fracasada, cuyo único fruto, sería el dolor ?

¿ Y si sólo temblase, porque hacía frío ? .......

No queda igual de bonito,¿ verdad ?