jueves, 7 de marzo de 2013

The End



Escuchando "Riders on the storm", The Doors, fuente de su inspiración, se encendió un cigarro con una cerilla que había encontrado en su cajón.
Dio la primera calada y retuvo el humo en sus pulmones al mismo tiempo que contemplaba aquellos folios en blanco.
Nada, inspiración cero.
Ser escritor era posiblemente el trabajo más estresante de todos, pues estabas sujeto al azar, solo cuando tu musa quisiese iluminarte, tu mano llamaría a la pluma para danzar sobre la hoja.
Aquél día su musa debía estar durmiendo, pero ese no era el problema.
El problema es que su musa debía de andar invernando pues hacía meses que no escribía nada.

Apuró la última calada de su cigarro y con ira lo apagó sobre el papel blanco,dejando un agujero chamuscado en un lado de la hoja.Envolvió la hoja sobre si misma a modo de pelota de tenis y la tiró al suelo,donde él consideraba que debía estar.

La cinta había continuado rodando, sonaba ahora "are strange", resultaba irónico oír justo esa canción,pues como un estraño se sentía,esa sensación de vacío, de ser escritor sin ser capaz de escribir nada.
Se levanto nervioso de su sillón. Se puso su gabardina ocre,caminó hacia la puerta y con un patrón motor abrió y cerró la puerta.
Salio a la calle camino de aquél lugar donde se olvidaban efimeramente las penas, el bar. Daba igual cual,pues todos estaban llenos de alcohol y eso era lo único que buscaba él.

Copa en mano y pensamientos profundos, su mente divagaba por el bar, observando aquellas personas en la oscuridad y recordando cuando antes todo era luz.
Tal vez fuese el final, " The end" dirián Los Doors . Lo triste no era no poder escribir, pensaba, la verdadera pena era no encontrar nada, absolutamente nada que lo inspirase.
Tragaba esos mililitros de coñac que el camarero habia vertido en su vaso. Bebía como si acabase de llegar de un largo viaje por el desierto,pero no ahogaba su sed, sino sus penas.
En un momento, cuando apenas quedaba ya líquido en su vaso, una voz le gritó desde dentro de aquel recipiente:
¿Dónde han quedado las Pasiones? Si el mundo muere,yo no puedo escribir,yo escribo sobre el mundo, inspirarme en personas que han perdido toda la esperanza, en personas que no chillan si se les pellizca,que no gimen si se las penetra,es algo imposible. No siento nada porque el mundo no me transmite nada.
Los individuos ya no son individuos, forman una gran masa de un colectivo muerto. Todos son iguales, atienden a un patrón blanco que no dice nada.
¿Como escribir sobre lobotomías y que me quede bonito?

Sí, su musa era el pueblo,y el pueblo estaba dormido. No podía escribir nada.
Borracho y desaliñado se levanto del taburete que lo sostenía sobre la barra, ando zigzagueante hasta el final de aquel tugurio, subió los escalones que elevaban el escenario del suelo, tomó el micrófono y con un patrón cerebral cantó aquellas únicas letras que le inspiraban algo y le recordaban dónde se encontraba:








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