miércoles, 20 de julio de 2011

La ciudad nunca duerme

Por fin la luna lo invade todo, y ella, tumbada en su cama, observa la ciudad.

"Necesitaba que parase, que cesara su ritmo ".

Lo que ella sentía era algo comparable, a un movimiento repetitivo, que comienza a molestarte, desde su inicio, y se va haciendo insoportable, conforme avanza en el tiempo.

-Imagina que estas en una mesa comiendo, y de repente , alguien comienza a mover la pierna, temblorosa, como si tan solo esa parte de su cuerpo tuviese frío. Ello comienza a ponerte muy nervioso, y tan solo tu tranquilidad volverá, cuando ese movimiento haya cesado.
Algo semejante, le ocurría a ella con la ciudad, y por las noches, se sentía , inevitablemente reconfortada.


¿oyen eso ? Es mi alma armonizada con la noche. Le susurraba a la ciudad.

Entonces, cuando mejor te sientes, es cuando, además de observar, puedes pensar.
Y ella comienza a pensar, mientras sus ojos inspeccionan cada rincón.

Piensa en el balcón de su vecina, tan solo con una maceta, una especie de arbusto.
Una sola planta, para un balcón tan grande. 
Es como si quisiese expresar, que en el fondo de su ser, aún hay algún sentimiento de unión con la naturaleza, pero, no el suficiente compromiso, como para llenarlo todo de plantas y tener que cuidarlas.
El compromiso a medias, como nuestro medio-ambiente.

Piensa en aquel hombre que anda tan deprisa, parece ser que la noche, no le inspira tranquilidad a todo el mundo.

Piensa en los maullidos lejanos de un gato, maullidos que cada vez se hacen un eco más fuerte,
la llamada del amor, o la necesidad. En el fondo, piensa, no se diferencian tanto de ciertos humanos. 
Y se siente por un momento llevaba a comparar, esa llamada felina, que emiten los gatos hacia otros gatos,  en la que, cualquier gato es bien recibido, sin haber sido seleccionado, tan solo debe estar dispuesto a dar y recibir compañía, con el comportamiento de ciertos humanos. Y se dice,  así ocurre con tantas personas....

A lo lejos una luz se enciende en una ventana, y piensa, un sueño roto.


Ella observa, y piensa, porque le apetece, porque la noche eso le inspira. Observar y pensar, no viene mal de vez en cuando. 

Un silencio en su interior, pero allí sigue ella, con sus ojos bien abiertos, observando la ciudad de noche.
 Y se dice : "La ciudad nunca duerme".

2 comentarios:

  1. espero que hayas disfrutado la de el viernes, pues asta agosto no va a volver, ya ni las noches le reconfortan...muy chula la reflexion gatika!!

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  2. El tiempo se escurre entre los dedos, ya lo dice la canción.

    Muy buena entrada. Y más porque la noche embelesa. Ahora que tengo el horario (bueno, tenía) cambiado otra vez... me doy cuenta que nada como la magia de un amanacer. (Me estoy poniendo ñoña y no quiero) pero sí, la vida nocturna serena.(también hay que diferenciar la vida nocturna, de la vida fiestera). Serena, pero a la vez te enseña que nada para, que aunque cierres los ojos el mundo sigue su ritmo.

    Me encanta tu blog y me encantas tú.

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