jueves, 24 de febrero de 2011

El amor también es necesario

¿Amar o no amar? , esa es la cuestión.

¿A caso podemos evitar amar?, ¿ es algo que necesariamente debemos hacer?, pero....
¿ Qué es el amor? ¿Qué es amar?.

Para unos ,es un sentimiento," como una ola de deseo y caos que inunda todo nuestro ser".
 Para otros es como una enfermedad,"amar, ocurre de repente , y te consume poco a poco"
 Otros dirían ,que es una forma de vida, " ama y no estarás solo" "ama y tendrás algo por lo que vivir "

El amor, no consigue ser descrito, no consigue ser analizado, es todo y nada.

Muchas historias de amor nos rodean, muchos amores pasaron por nuestra vida, muchos amores nuevos que explorar.
Un sentimiento que nos brinda historias, emociones, las cuales quedarán gravadas fuertemente en nuestra memoria.
Un sentimiento que de la misma manera que nos abofetea, nos ofrece mil sonrisas y placeres.

Hace tiempo ví un corto, que me gustó. Mostraba los prejuicios que tenemos acerca de este tema, la manera de adelantarnos a los acontecimientos, de evitar sentir, para así evitar sufrir.
No es ficción, es realidad, por eso me gustó.

 

¿Qué es amar?, ¿Amar o no amar?.......

Para mí, amar, es dejarse llevar, no planear nada, poder hablar sin censura, jugar, saber mirar a los ojos de la otra persona, y ver algo más que una pupila.
Amar es saber correr, también parar, viajar, amar es acercar tu nariz a su cuello, y oler a infinito.
Amar es locura, mucha locura.

La gente me dice que tan sólo tengo odio en mí, que veo el mundo siempre negro.
Pues bien, a esa gente, ahora les dedico esta entrada.

Se odiar, porque hay muchos actos repudiables, mucha gente infame, egoísta.
Pero, también se amar. Amar también es necesario.



2 comentarios:

  1. Hace mucho tiempo, el ser humano se reconoció reflejado en el agua por primera vez, y tomó conciencia de sí mismo. Quizá fue esa la primera chispa, la primera respuesta —encontrada por casualidad— a la pregunta “quién soy”. Surgió la curiosidad en nuestra mente, el conocer para comprender. Por qué recorre el Sol el cielo, por qué crece aquí esta flor; qué es este líquido rojo que se desprende de mí al cortar mi piel; qué hay más allá del horizonte del océano. Qué hay más allá del fin de mis días…

    El afán de saber no tenía una meta fructífera, no daba un trozo de pan al final del día. Pero una mente preparada para trabajar herramientas y modificar el mundo, también está desarrollada para percibir lo que le rodea, sentir que vive a merced de algo mayor que él, por mucho que lo niegue. Y lo niega porque siente miedo, terror a lo que no podemos domeñar, a lo que no nos pertenece. Y esto nos lleva a querer conocer. Porque a lo que se conoce, no se le teme.

    La mitología y la religión hizo su papel mientras no tuvimos más remedio que conjeturar imaginativamente nuestra existencia a falta de, digamos, medios técnicos. Hoy en día, aún lo sigue haciendo para millones de personas, pero también tenemos la ciencia.

    La ciencia nos ha situado en un lugar y un momento en el espacio. Podemos comunicarnos a través del aire, viajar a otros planetas, crear vida sobre un trozo de cristal, o destruir lo que se nos antoje. Casi todo lo que percibimos fuera de nuestro ser está explicado ya. “No existe lo inexplicable, sino lo no explicado”, oí el otro día. “Ah, ¿sí?” respondo yo.

    Pues bien, el mayor misterio del que tenemos conocimiento de su existencia, no queda al otro lado de un agujero negro, o bajo las ruinas del desaparecido imperio maya, no. Queda mucho más cerca: detrás de la frente.

    Es esa masa gris eléctrica que nos droga, nos duerme, nos atormenta o nos vuelve locos de risa; nos relaciona y une con otros seres como ningún animal puede hacer… Esa masa que, al fin y al cabo, nos brinda la comprensión del mundo, pero no la de nosotros mismos.

    Quizá porque un sistema no puede auto-estudiarse sin caer en la contaminación de su propio mecanismo de estudio. El mundo que vemos es el que ve nuestro cerebro. El cerebro que vemos es el que ve nuestro cerebro. Parece una especie de paradoja. ¿Una incógnita que tendría que explicarnos una inteligencia extraterrestre?

    Llegados a este punto, permíteme copiarte la pregunta: ¿El amor es necesario? No es que sea necesario, es que forma parte de nuestra naturaleza. Solo que hay que saber diferenciar lo que realmente es amor. Entonces, ¿qué es el amor? Lamento que, como ser humano, sea completamente incapaz de responderte de forma imparcial.

    Sin embargo, sí puedo decirte algo: que viva. Viva el amor.

    ResponderEliminar